El principio de la UNESCO marca este planteamiento:
“La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.”
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
En la actualidad, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados.
La situación en la que estamos viviendo es complicada y por eso el día de hoy nos hace poner un punto y seguido muy importante para poner en valor el trabajo de las maestras y maestros que cada día suben la persiana de su clase con todo el corazón; no se si son héroes sin capa pero si que son hombres y mujeres que aman esta profesión tan noble y tan bonita.
La esperanza es complicada, pero sin darnos cuenta nos han hecho especialistas en seguridad, nos han hecho especialistas médicos. Nos han hecho especialistas en diseño de aulas, nos han hecho especialistas en nuevas tecnológicas en tiempo récord, nos han hecho en ocasiones responsables de lo humano y lo divino… pero simplemente somos hombres y mujeres que tenemos esperanza para hacer un mundo mejor.
Tendremos que construir todos juntos esta revolución educativa para poner en valor más que nunca la escuela. El valor a la escuela se realiza simplemente invirtiendo en ella; en primer lugar en alta tecnología e invirtiendo en recursos propios para que cada centro escolar tenga real autonomía. Juntos los haremos todos y todas… hay esperanza aunque sea complicada.