Igualdad y diversidad son claves en el CEIP Manuel Riquelme de la pedanía oriolana de Hurchillo, que protagoniza una revolución para “darle la vuelta al calcetín”, como le gusta decir a su director, Joaquín Marzá, con nuevos espacios y metodología. En su proyecto de innovación e inclusión destacan su emisora de radio, el aula de la fantasía y de inteligencias múltiples, la danza como asignatura y un programa de lenguaje oral para combatir los efectos negativos de la pandemia
Nada más llegar al CEIP Manuel Riquelme de Hurchillo se lee la inscripción “educando para el futuro”, toda una declaración de intenciones que prosigue en su interior: “En esta casa somos reales, nos divertimos, nos decimos por favor, gracias y lo siento. Cometemos errores. Nos reímos a diario. Damos abrazos y besos. Luchamos por nuestros sueños. Somos felices y sobre todo nos queremos un montón”. Debajo se encuentra el cajetín de imprenta en el que trabajó Miguel Hernández.
Este colegio de Orihuela se ha convertido en referencia, incluso a nivel nacional, por sus proyectos de innovación educativa e inclusión. Sinónimo de calidad en la escuela pública, además de estar reconocido por la Unesco cuenta con numerosos premios en materia medioambiental, igualdad y valores.
La Conselleria ha invertido 10.000 euros en el proyecto “Educando para el futuro, transformando la escuela”, una apuesta por un cambio de espacios en el colegio, de metodologías en las aulas y un estudio detallado de la importancia de la neurociencia dentro de la vida escolar. En palabras de su director, Joaquín Marzá, “hay otra escuela posible, distinta y diferente”. Como filosofía, “hay que darle la vuelta al calcetín para crear hombres y mujeres mejores”, añade quien también fue finalista al premio “Mejor Maestro de España”. Así, Marzá es un firme defensor de “una revolución que cambie el concepto”, porque el primer objetivo en este colegio, donde “el niño es el protagonista y el maestro un guía”, es “ser feliz”, subraya.
Muestra de ello es la puesta en marcha de “La cajita de cerillas”, una emisora de radio y televisión, que dentro guarda “la chispa y los mistos de ese nuevo modelo educativo”, explica. Una iniciativa para estimular el lenguaje, también en inglés y valenciano, que es también un homenaje a Josefina Carabias, la primera mujer locutora de España.
Bienvenido al reino de los cuentos, con un pasillo repleto de portadas de reconocidos libros infantiles. Entre ellos, “Las zapatillas de Matías”, que ha realizado el propio Marzá para incentivar la igualdad en el mundo de la danza, porque no es solo cosa de niñas. La danza ocupa un lugar importante este centro desde hace siete años, no solo como una actividad secundaria sino que forma parte del currículo escolar. Porque es “un elemento clave para trabajar mejor las emociones”, subraya el director, que avanza que se va a realizar el primer congreso nacional de la danza en mayo del año que viene en La Lonja.
Para seguir derribando prejuicios, el colegio celebró recientemente una jornada para resaltar el fútbol femenino. Además, el centro tiene el “sello de vida saludable”, por la promoción de la actividad física y la buena alimentación, con un comedor donde se degustan productos ecológicos.
El lobo que quería cambiar de color. Las princesas también se tiran pedos. ¿A qué sabe la luna? ¿Qué es el amor? Son mensajes que uno se va encontrando por las instalaciones. De repente, una puerta invita a hacer magia para que los sueños se hagan realidad. Y así, sorpresa tras sorpresa, se llega al “Aula de la Fantasía”, que introduce a los niños y niñas en un mundo mágico cargado de ilusiones a la vez que ofrece la posibilidad de convertirse en un protagonista más de la película “Planet 51”.
El aula de inteligencias múltiples es un instrumento de estimulación e inclusión que mejora la atención al alumnado con diversidad funcional y con necesidades específicas de apoyo educativo. En esta misma línea, tanto en Infantil como en el primer ciclo de Primaria, se ha desplegado un Programa de Estimulación para el Lenguaje Oral, con el fin de combatir los efectos negativos del aislamiento derivado de la pandemia.
A su vez, se realizan tutorías para normalizar la diversidad y que no se generen problemas de convivencia ni discriminación. En todo ello, hay un trabajo conjunto por parte del profesorado, los padres y el alumnado: “Es un lujo tener este equipo de padres y madres volcados en la dinámica del centro y haciendo realidad la ilusión de los niños y niñas”, puntualiza Marzá. Una suma de voluntades que seguirá dando “batalla para hacer una escuela mejor”, concluye el director.