Dice María del Mar Santos, directora del Colegio Público Bartolomé Cossío de Madrid: “El MAESTRO solitario no tiene futuro”. La idea de “mi clase es mía y solo mía”, ha llegado a su fin.
Indudablemente, ahora más que nunca, es necesario poner en valor el proyecto educativo del Colegio, un proyecto educativo que no suponga un conjunto inmenso de papeles que se entregan a la administración y que están en un armario de secretaria. El proyecto educativo de un centro supone la idea clara de hacia dónde vamos a ir y cómo vamos a ir. Esta aventura es una aventura colaboracionista y en la que el maestro no se encierra en su clase y allí se encuentra su cortijo.
La clase del futuro hace posible que en el aula pueda haber más de un profesor haciendo una idea giratoria de la clase y en la que cada uno de ellos da un matiz de lo que está trabajando. Cada uno de ellos y ellas son guías para mostrar el camino a los alumnos y que ellos inicien un periodo de investigación para descubrir las soluciones a las cuestiones presentadas.
El maestro solitario tiene los días contados si se cree la necesidad imperiosa de cambiar totalmente el planteamiento educativo de los centros escolares. Es necesario el trabajo en equipo y la retroalimentación con todas las personas que forman en equipo humano de un centro escolar.
La educación que viene se cimenta en aulas abiertas donde el maestro abandona la lección magistral para hacer de guía. El futuro pasa por un cambio metodológico que da autonomía al niño con su tableta. Cambios metodológicos, cambio de herramientas y cambios en los espacios educativos.
Oscar González dice: “No podemos mantener una escuela del siglo XIX en el siglo XXI” y por eso que el aire fresco que debe entrar en las aulas, debe impulsar estos cambios para que ese maestro solitario de paso a un maestro que participe en hacer realidad ese proyecto educativo. “Educamos para el futuro” con el solo convencimiento de que tenemos niños y niñas que deben ser educados en la libertad, la solidaridad y el compromiso con el medio ambiente. Dejen pasar este proceso para hacer entre todos la gran “revolución educativa”.