Ludovic Assémat, director del departamento de Arte del Bristish Council dice: ”La educación y las artes van de la mano a la hora de despertar las conciencias”. Él es consciente de la labor decisiva de las artes como medio de transformación social, también lo es de la limitación de las aulas. Ha llegado el momento que el arte con todo su abanico, entre con fuerza en los centros educativos para despertar la conciencia de cada uno de los alumnos y alumnas.
El propio Roger Schank, experto en inteligencia artificial, dice: “Solo hay dos cosas malas en el sistema educativo actual: lo que enseñamos, y como lo enseñamos“. Sabemos el diagnóstico, por lo que la actuación debe ser rápida y con firmeza par dar la vuelta a nuestro sistema educativo.
El arte en todas sus expresiones debe radiar todos los ámbitos de la escuela. En cada uno de los centros educativos se debe percibir la creatividad y la imaginación de los escolares, por eso debe tomar una fuerza grandísima el gusto por la música clásica. Deben de realizarse acuerdos con museos cercanos al centro educativo o con museos importantes nacionales para que sus obras formen parte del juicio crítico de los escolares.
La danza es sin lugar a dudas la medicina de las emociones del próximo siglo, y por eso los bailarines y bailarinas deben hacer una reflexión para que se acerquen a la escuela y eduquemos a esa masa de jóvenes que deben consumir cultura. No podemos olvidarnos del teatro que enorgullece a todos como terapia para trabajar la expresividad de los escolares.
La música, la danza, el dibujo y la pintura son los pilares básicos del “genoma creativo“ de cada niño y niña que la escuela debe potenciar y para todo ello se debe iniciar un cambio en el diseño de los espacios escolares para que sean más acogedores y que prime otros factores que no sean las medidas estándar. Tenemos un reto, y el reto está en cada uno de los maestros y maestras para que este “día del arte” no sea otro acontecimiento más en el calendario, sino que sea el inicio de un nuevo camino.