Los huertos escolares están revolucionando el aprendizaje, convirtiéndose en centros vivos donde la innovación y la naturaleza enseñan lecciones más allá de los libros. Estos espacios permiten explorar temas académicos de manera práctica y significativa, desde ciencias hasta la responsabilidad social, ofreciendo a alumnos y alumnas una experiencia educativa enriquecedora y de contacto directo con el medio ambiente.
Los huertos también promueven una conexión con la naturaleza, formando conciencia ambiental y fomentando el trabajo en equipo, el respeto por el entorno y una actitud positiva hacia el aprendizaje. En cada actividad en el huerto, la escuela se transforma en un lugar donde se cultivan conocimientos y valores para el futuro.
Una verdadera apuesta por otra educación, en la que el aprendizaje no solo es teórico, sino también práctico y transformador.